"¿Que dispone la Voluntad de Dios? Dispone que Su Hijo lo tenga todo.” T-26.VII.11:1
Cuando
 hablamos de que Dios quiere que Su Hijo lo tenga todo, está hablando de
 que si lo que Soy es todo, hacer la Voluntad de Dios es recordar lo que
 realmente Soy. Sin embargo, aquí en esta experiencia como ser humano 
separado de todo me experimento como lo opuesto a Dios. Y por 
consiguiente no lo tengo todo. Inclusive, no tengo nada! Y ahora me la tengo que pasar en el mundo “buscando” lo que creo que me falta.
Aquí
 es donde el ego utiliza la espiritualidad para reforzar en la mente la 
creencia en la separación a raíz de utilizando medios “espirituales” o 
invocando a Dios para que nos de lo que creemos que nos falta, dinero, 
pareja, “abundancia”, bienes materiales, salud, y por más que pidamos 
todo eso, continúa siendo una fragmentación del todo. 
En eso se basa el famoso extracto de la Biblia; "Busca primero el renio de Dios y Su justicia, y todo se te dará por añadidura," [Matthew 6:33]  Sin embargo, el Curso la lleva un poco mas allá cuando nos recuerda, "En
 vez de "Busca primero el Reino de los Cielos" di: 'Que tu voluntad sea 
antes que nada alcanzar el Reino de los Cielos' y habrás dicho: 'Sé lo que soy y acepto mi herencia'." T-3.VI.6:8 Pues tú eres el Reino.
Por eso es que cuando pedimos cosas en el mundo se nos recuerda: “Aquí
 el Hijo de Dios no pide mucho, sino que demasiado poco, pues está 
dispuesto a sacrificar la identidad que comparte con todo, a cambio de 
su miserable tesoro. Mas no puede hacer esto sin experimentar una 
sensación de desolación, de perdida y de soledad.” T-26.VII.11:7-9
Por
 consiguiente necesito empezar a invocar al Espíritu Santo para que 
pueda experimentar un cambio de mentalidad, y lo hago aquietando la 
mente. Aquietar la mente no significa no tener pensamientos o que los 
ojos no vean nada o no sentir nada o no escuchar nada, etc. Aquietarse 
simplemente significa no dejarse distraer por las interpretaciones que 
la mente quiere hacer sobre lo que sea. Otra manera de decir lo mismo 
sería, dejar de interpretar, dejar de darle significado a todo.
Cada
 vez que siento una perdida de paz, es porque la mente está haciendo una
 interpretación, está proyectándole un significado a nada. A nada porque
 todo es ilusión y la ilusíon por defecto es nada. A eso se debe que las
 lecciones del Curso se basan en que nada de lo que veo significa nada y
 todas las que le siguen tienen un derivado de esa misma lección. 
“Nada de lo que veo... significa nada“ W-pI.1
“Le he dado a todo lo que veo... todo el significado que tiene para mí“ W-pI.2
“No entiendo nada de lo que veo“ W-pI.3
“Estos pensamientos no significan nada“ W-pI.4
“Nunca estoy disgustado por la razón que creo“ W-pI.5
“Estoy disgustado porque veo algo que no está ahí“ W-pI.6
“Sólo veo el pasado“ W-pI.7
“Mi mente está absorbida con pensamientos del pasado“ W-pI.8
“No veo nada tal como es ahora“ W-pI.9
“Mis pensamientos ni significan nada“ W-pI.10
“Mis pensamientos sin significado me están mostrando un mundo sin significado“ W-pI.11
“Estoy disgustado porque veo un mundo que no tiene significado“ W-pI.12…
Y
 se podría decir que hay dos niveles de interpretación. Un nivel es la 
interpretación que el ego hace de cada una de nuestras situaciones, de 
nuestras experiencias, de nuestras percepciones, en sí, del mundo. El 
otro nivel es la interpretación que la mente hace de si misma. En 
realidad es solo un nivel, pues solo hay uno, y en ese "nivel" no 
existen interpretaciones. Pero en la percepción de la separación 
"aparentan" haber niveles y por consiguiente se utiliza el lenguaje a 
nivel dual como una manera de cuestionar lo que se percibe como 
realidad.
Ahora explico esos aparentes "niveles". La 
interpretación que la mente tiene de si misma es que la separación de 
Dios ocurrió y por consiguiente existe un “yo” separado que percibe un 
mundo “real.” La mente se percibe a si misma como separada. Es lo mismo 
cuando estamos durmiendo y nos ponemos a soñar. Cuando estamos soñando 
creemos que hay un yo existiendo en un mundo, pero en realidad lo único 
que hay es el que está durmiendo soñando el sueño en la cama (uno).
Esa
 es la creencia que se experimenta aquí. Que “yo” nací, y por 
consiguiente tengo una historia y que mis sentidos dictan lo que es 
real, que este mundo es real y que constantemente interactúo con 
“personas” y con cosas que “existen”, etc., cuando lo que en realidad 
Soy es Mente (Dios, Unidad, Todo).
Una vez que esa aparente 
“separación” toma lugar, el sueño es lo que se le conoce como ego, mi 
"realidad". De ahí surge el “yo” y ahora la interpretación que el ego 
tiene es que primero ve cosas, tiene experiencias, situaciones, y ahora 
las interpreta como “reales. Ahí se experimentan los opuestos, lo 
“bueno” lo “malo”, lo “doloroso” lo “placentero”, y toda la gama de 
posibilidades que “existen” dentro de los opuestos, frío calor, alto 
bajo, lejos cerca, luz oscuridad, etc., en otras palabras, el "otro" 
nivel.
Dentro del mundo de la dualidad, para mi lo único que sé 
que es bueno es cuando tengo deseos de ir al baño y lo encuentro. Eso es
 FANTASTICO!!! En el camino de Santiago de Compostela solo una vez tuve 
que fertilizar la tierra, y me alegro de que no hubieron peregrinos 
cerca para disfrutar el panorama jejeje. Disculpen, estoy comiendo 
mierda, perdón!!! Quise decir, estoy bromeando. Uff, tengo que tener 
mucho cuidado con las palabras!
Continuando, pero nada de lo que 
perciba con mis sentidos o interprete tiene que ver con lo que realmente
 Soy. Y por consiguiente, a raíz de ir entrenando la mente, permitiendo 
que la percepción del Espíritu Santo tome posesión, lo que se deja a un 
lado no son las ilusiones sino que mas bien las interpretaciones. 
Cuando
 no hay interpretaciones lo que hay es paz. Desde esa paz puedo 
reconocer la unidad en todo, y por consiguiente el “mundo” o mejor 
dicho, las ilusiones dejan de tener efecto sobre mi porque se lo que 
Soy. Y no es que palabras puedan explicar esto, sino que mas bien dentro
 de esa experiencia de unidad se percibe un amor que no separa.
No
 obstante, siempre y cuando haya algo en este mundo que yo desee, todo 
lo que hago es corroborar el sistema de pensamientos del ego que dice 
que me siento separado de Dios y no importa lo que tenga o lo que deje 
de tener siempre me voy a sentir escaso porque en lo mas profundo lo que
 estoy diciendo es que me falta el amor de Dios y lo quiero ahora 
encontrar en el mundo, que paradójicamente el mundo es lo que el ego utiliza para esconderse del amor de Dios. 
¿Como
 seria posible experimentar el verdadero Amor que es Uno, cuando mi 
experiencia es que me siento separado? Necesito primero un cambio de 
mentalidad, que es lo que el Verdadero Perdón me ofrece.
Por algo la lección 50 del curso me recuerda: “El
 Amor de Dios es mi sustento: He aquí la respuesta a cualquier problema 
que se te presente, hoy, mañana o a lo largo del tiempo. Crees que lo 
que te sustenta en este mundo es todo menos Dios. Has depositado tu fe 
en los símbolos más triviales y absurdos: en píldoras, dinero, ropa 
"protectora", influencia, prestigio, caer bien, estar "bien" relacionado
 y en una lista interminable de cosas huecas y sin fundamento a las que 
dotas de poderes mágicos… Todas esas cosas son tus sustitutos del Amor 
de Dios. Todas esas cosas se atesoran para asegurar la identificación 
con el cuerpo. Son himnos de alabanza al ego. No deposites tu fe en lo 
que no tiene valor. No te sustentará.” W-pI.50.1:1-3…2:1-5
Por
 lo tanto, el proceso de deshacimiento corresponde a simplemente 
observar los obstáculos a la paz. No a pedir creyendo que lo que sea que
 pida me va a ayudar a experimentar paz, porque si hago eso estoy en un 
callejón sin salida. 
Estoy primero que nada corroborando la 
creencia de que estoy separado de todo, y luego que el mundo de alguna 
forma u otra es responsable de mi paz, pasando por alto el recordar que 
Yo Soy la Paz. 
La practica del perdón por consiguiente es a todo
 aquello que de alguna manera u otra aparente tener alguna efecto sobre 
mi paz. Así es como se va poco a poco deshaciendo la culpa inconsciente.
 Recordemos; “El secreto de la verdadera oración es olvidar las cosas
 que crees que necesitas. Pedir lo concreto es como contemplar el pecado
 y luego perdonarlo. También del mismo modo, en la oración miras por 
encima de tus necesidades concretas tal como las ves, y las pones en 
Manos de Dios. Allí ellas se convierten en tus regalos a Él, pues ellas 
Le dicen que no quieres anteponer otros dioses a Él, ni tener otro amor 
que el Suyo. ¿Cuál podría ser Su respuesta sino tu recuerdo de Él? 
¿Puede esto negociarse a cambio de un insignificante consejo sobre un 
problema de un instante de duración?“ C-1.4:1-6
“La 
oración es un hacerse a un lado, un abandonar, un tiempo sosegado de 
escuchar y amar. No debería confundirse con súplicas de ninguna clase, 
porque es un modo de recordar tu santidad. ¿Por qué debería suplicar la 
santidad, teniendo total derecho a todo lo que el amor ofrece? Y es al 
Amor al que acudes en la oración. La oración es una ofrenda, una 
renuncia a ti mismo para ser uno con el Amor. No hay nada que pedir 
porque no queda nada que desees. Esa nada se convierte en el altar a 
Dios. Y desaparece en Él.” C-1.5:1-8
