Lección de Humildad a 3,400 Metros de Altura por Nick Arandes

Aunque lo que voy compartir sea una experiencia que mas bien aplica al mundo de las formas, siento que podría ser de gran interés. ¡Que la disfruten!

Tuve una experiencia de humillada impresionante. Mi muy querida amiga de Monterrey, México Rosy Cortes me invitó a subir caminando, no escalando pues yo no soy muy fanático de las alturas, con su grupo de montañeros una montaña conocida como Las Nieves en Arteaga Coahuila en las afueras de Monterrey. Empezamos a 1,900 metros de altura hasta la cima de 3,400.

Soy una persona que se considera que tiene una buena condición física. Corro casi a diario un promedio de 40 a 50 minutos, aunque no he estado corriendo mucho en Monterrey por la temperatura tan fría. En Puerto Rico ademas de correr a diario disfruté un día correr desde la puerta del Castillo San Felipe del Morro hasta Coral Beach Towers en Isla Verde donde usualmente me quedo cuando visito mi país, la cual duró una hora y 10 minutos.

Según íbamos en camino hacia la montaña, en mi mente, sin decirle a nadie, mi actitud era, “bueno, yo hice el Camino de Santiago que fueron 775 kilómetros caminando con mi mochila por un período de 29 días, corro a diario, por consiguiente no creo que tenga ningún problema haciendo esta caminata

Empezamos a subir la montaña con nuestro equipo, y llegamos a una primera parada como a una tercera parte de la subida, y la trayectoria no era tan inclinada durante ese tramo. Descansamos un rato antes de empezar la parte inclinada desde aproximadamente 2,100 metros hasta la cima. Casi llegando a la mitad de la trayectoria, o inclusive antes, empecé a perder energía hasta el punto que tuve que parar y recuperar. Desde ese momento yo creí honestamente que lo iba a lograr. Tomaba 10 o 20 pasos, y tenia que parar. A veces necesitaba sentarme y respirar profundamente con los ojos cerrados para recuperar y bajar el ritmo cardiaco, lo cual subía en cuestión de mis próximos 5 o 6 pasos cuesta arriba. Mas sentía que no tenia energía absoluta.

Hubieron momentos  que yo pensaba, “Señor, si este es mi día, acepto tu Voluntad.” No es que pensé que nada fuese a suceder, pero el ritmo de mi corazón tan acelerado, mas la temperatura de uno 5 a 10 grados en la montaña, mas no tener prácticamente nada de energía, no sabia cuanto mas iba yo a poder continuar. Uno de los montañeros me explicó que ellos han tenido personas que hacen maratones, incluso ultra maratones, que se les ha hecho muy difícil una subida como esta. Hasta hay quienes, aun con una buena condición física como corredores o ciclistas, o no han podido subir la montaña, o se han mareado, vomitado, o perdido su condición.

Una de las razones, basado en mi experiencia como corredor, es que cuando uno corre, por lo menos no a nivel competitivo, se adhiere a un ritmo, a un paso que no le exige mucho esfuerzo sino que mas bien condición. Pero subir una montaña, y mas una como esta que es todo cuesta arriba, es un esfuerzo constante de empuje. Si quieres hacer la prueba, ve a un gimnasio y súbete a la maquina de correr y te darás cuenta de que puedes correr por un período largo de tiempo a un ritmo constante y plano. Sin embargo, sube el nivel de inclinación de la maquina y te darás cuenta que ahí estás acelerando el ritmo cardiaco y el tiempo que durarás corriendo con ese inclinación se reducirá considerablemente.

Ese mismo montañero me contó que la primera vez que el subió esa montaña, que el tenia que tomar 20 pasos y parar, y así sucesivamente. También me dijeron que tenia que tomar en consideración que una vez empiezas a topar los 3000 metros de altura, debido a la densidad del aire no tienes la misma cantidad de oxigeno que al nivel del mar.

A esas alturas es cuando se experimenta la hiperventilación, hay quienes experimentan náuseas, mareos, perdida de consciencia y completa falta de energía. Yo experimenté mas bien una falta de energía completa. Luego voy a compartir una de las posibles razones por la perdida de energía.

Mi amiga Rosy, no obstante, subía esa montaña como si fuese una gacela, como si nada le afectara, y se quedó todo el tiempo conmigo, pacientemente esperando mientras me recuperaba. El resto del grupo se adelantó hasta que los perdimos de vista, pero no había peligro pues ella se conoce esa montaña, la ha subido tres veces, mas había otro grupo detrás de nosotros en camino.

Con el apoyo de Rosy, me acordé siempre de dos de mis lecciones del Camino de Santiago. Y para las personas que no han leído mis reflexiones sobre el Camino de Santiago las pueden leer en mi blog a través del siguiente enlace:  http://theradicalkid.blogspot.com/2014/10/reflexiones-sobre-el-camino-de-santiago.html

Primera lección, la cima es donde sea que esté. Por lo tanto, no tengo que preocuparme si llego a la cima o no, pues no hay nada que probar, no hay cima que alcanzar. Esa lección es muy importante porque por esa razón muchas personas se llenan de estrés, se enferman tratando de alcanzar metas, luchando toda su vida, mas también es la razón por la cual muchas personas se sienten fracasados porque creen que si no alcanzan alguna meta se devalúan, se sienten buenos para nada, su auto estima baja.

Y segunda lección, que a Santiago se llega paso a paso. Eso me recordó cuando hice el Camino de Santiago, y me dio una tendinitis en el tobillo izquierdo faltando casi 23 días de camino, que no tenia que preocuparme por llegar a Santiago sino que mas bien continuar caminando mientras el tobillo se sienta bien. Por consiguiente continúe caminando hasta que llegué a Santiago de Compostela, sin ninguna dolor en el tobillo ni estrés.

Pues sin preocuparme por si llegaré a la cima o no, simplemente continué paso a paso, descansando todo el tiempo que fuese necesario, y paso a paso, pacientemente caminando, a la cima terminé llegando!

Bueno, esas cuatro o cinco horas de camino hacia la cima no es el final. Eso es la mitad del camino pues ahora hay que bajarlo. Aunque en la cima descansamos, comimos y nos recuperamos, ahora viene la bajada. Que de hecho, por lo general todos los accidentes de montañismo suceden en la bajada pues si el terreno es pedregoso, como lo era este, uno muy fácilmente resbala. Yo resbalé aproximadamente cinco veces, gracias a Dios no me lastimé, bueno me lastime un poco pero nada serio.

El problema con las bajadas también, y sobre todo cuando tiene uno la mochila, es que se está haciendo un esfuerzo muy grande sobre las rodillas. Ahí es donde lesiones de rodillas y tobillos son mas frecuentes. También se puede uno lesionar la espalda. A lo que voy es, con la bajada no tuve problemas de condición física, pero si mis piernas llegaban a un punto que no podían sostener. Algunos de esos resbalones eran que las piernas estaban cediendo. Y el problema con la bajada es que ahí no hay opción. Si vas subiendo y quieres parar, solo tienes que bajar esa parte que subiste.

Pero si haces la trayectoria completa de casi 4 o 4 horas y media subiendo, por mas que las piernas no te den, tienes que continuar. De lo contrario nos caía la noche, que por cierto, empezamos a subir la montaña como a las nueve de la mañana, y llegamos a donde el coche estaba estacionado a las 6:40, ya anocheciendo. Unos 10 o 20 minutos de retraso y estaríamos en el sendero oscuro en camino de regreso.

Vamos ahora a tocar la parte de salud y condición física para que vean que yo en realidad no estaba en condición para hacer ese camino y por ignorancia de mi parte se pudieron haber experimentado consecuencias desastrosas. Para las personas que me conocen y saben que practico las enseñanzas de lo que es Un Curso de Milagros sabemos que no existe eso de que “pudieron haber sucedido…” pues si se supone que sucediese algo hubiese sucedido.

Pero sí significa que si no se aprende la lección, entonces en una próxima experiencia podrían haber consecuencias, pues aunque nuestra realidad es que somos Espíritu y no cuerpos, y por consiguiente se podría decir que no necesitamos nada, nuestra experiencia mundana nos dice que si somos cuerpos y por eso es que nos alimentamos.

Quizás un ser avanzado no necesita comer y puede caminar por el resto de la eternidad y subir montañas sin cansancio, pero por ahora, esa no es mi experiencia. Por algo el Curso me recuerda: “El cuerpo es sencillamente parte de tu experiencia en el mundo físico. Se puede exagerar el valor de sus capacidades y con frecuencia se hace. Sin embargo, es casi imposible negar su existencia en este mundo. Los que lo hacen se dedican a una forma de negación particularmente inútil.” T-V.3:8-11

Así que miremos parte de lo que se podría decir que aconteció conmigo. Primero que nada yo no tengo una alimentación muy llena de calorías debido que soy perezoso para cocinar y me hago muchos licuados porque son mas fáciles de hacer. No suelo comer suficiente proteína, y mi consumo de calorías diaria no creo que sea lo suficiente. Uno de los montañeros es medico y su hermano que es experto en nutrición deportiva me informaron que en esa subida y bajada se queman por lo menos unas 3,100 calorías. Yo no creo ni haber tenido tantas calorías para quemar.

Otro de los montañeros me comentó que cuando el cuerpo no puede, o no tiene reservas para utilizar empieza como quien dice a comerse su propia proteína, y por eso quizás las piernas por ejemplo empezaban a ceder. Así que si en un futuro decido hacer otra excursión como esa, primero que nada me debo asegura que por lo menos tres o cuatro días antes, que coma mucho, que llene mi cuerpo de calorías. También que coma por lo menos cada dos o tres horas cantidades pequeñas, y durante el camino que también me lleve barras para comer. Quizás un montañero que tiene su cuerpo acostumbrado a ese tipo de ejercicio y que tiene una buena alimentación no necesita comer nada durante el ascenso, pues Rosi ni sus amistades montañeras necesitaban comer durante el camino, aunque en la primera parada si algunos comieron algo. De hecho, Rosi tenia bananas y algunas barras nutritivas y yo me comí una banana. Pero la verdad es que los días anteriores no había comido lo suficiente.

En fin, llegué a la montaña con la actitud de un león y salí de ella como un perro con el rabo entre las patas. Mi gran respeto a todos los montañero, mi gran admiración y gratitud a Rosy por su coraje, por su paciencia, por su gran amistad y amor, y creo que aprendi mi lección. Voy a empezar a comer mas a menudo, o quizás mejor voy a  poner el siguiente anuncio en las redes sociales:

SE BUSCA, mujer que disfrute la cocina para casarse con Nick Arandes, no porque el esté enamorado sino que porque quiere subir mas montañas jejeje! :o)

Las fotos de mi experiencia en la montaña las pueden ver en mi pagina de Facebook. Solo tienes que visitar este enlace: http://www.facebook.com/nickarandesfanpage y hacer un “me gusta” o un “like” para ver las fotos en la pared en un álbum titulado: Humildad a 3,400 Metros de Altura.