El Verdadero Perdón No Requiere Perdonar por Nick Arandes

El verdadero perdón es reconocer que no hay nada que perdonar, pues las cosas se perciben tal y como son. Por ejemplo, no hay que perdonar a un agresor pues se reconoce que el comportamiento del agresor es simplemente alguien que está bajo la influencia de su mente errada y por lo tanto no puede comportarse de otra manera.


Eso no justifica el comportamiento del agresor en forma física, simplemente da testimonio de que estamos claros de que el personaje que comete esa agresión no es Quien realmente Es, y por ende, al no estar identificados con su comportamiento, con su personaje, reconocemos Quien realmente Somos. Por algo el curso nos recuerda, "Tal como lo consideres a él, así te considerarás a ti mismo." T-8.III.4:2

Cuando eso se reconoce, se entiende que ahí solo hay un pedido de amor inconsciente por parte del agresor y una oportunidad para extender amor por parte del que observa el comportamiento del agresor. Eso es y nada mas. Por lo tanto no hay nada ni nadie a quien "perdonar."

Esto no es fácil de entender o experimentar, sin embargo, al elegir los instantes santos se nos da la oportunidad de ser consiente de este proceso hasta que se haga parte de nuestra manera de ver las cosas. Esa es la meta del curso, y por algo, para empezar a abrir la mente a ese cambio de mentalidad se nos dice que, "Nada de lo que veo significa nada." W-pI.1

Las palabras sin embargo no sirven de nada sin la intención de de corazón querer sanar. Y aunque decimos que queremos sanar, por lo general lo que queremos es deshacernos de nuestros problemas. Eso no es sanar porque todavía creemos en el mundo de las ilusiones y queremos mantener las ilusiones solo que sintiéndonos mas a gusto en ellas.

Sanar es estar dispuesto a que Cristo produzca un cambio de mentalidad, y ese cambio de mentalidad simboliza el deshacimiento del ego, en otras palabras, el deshacimiento de esta identidad física.

No obstante, antes de que la identidad física se deshaga, primero se deshace el miedo. Una vez se deshace el miedo en la mente, donde estamos mas conscientes de nuestra verdadera realidad, aun cuando todavía nos experimentemos en un cuerpo, viviendo una vida cotidiana, en su debido momento el mundo desaparecerá. Por lo tanto, no hay razón por qué preocuparse.

Elige la paz de Dios en todo momento, y se puede deducir que estas perdonando. Pues recuerda, el cambio de mentalidad no es tu responsabilidad. Pero abrirte a ella si lo es. Por algo el curso nos recuerda, "Deshacer no es tu función, pero si depende de ti el que le des la bienvenida o no." T-21.II.8:5