Pregunta:
 “Querido Nick, mi gran preocupación es que mi hija de 32 años, se está 
llendo por mal camino, está destruyendo toda su vida por sus malas 
decisiones y pésimas compañías, estoy agobiada, hay algo que pueda 
hacer? Ella está en peligro inminente y no me quiere escuchar.”
Comentario:
 Las relaciones interpersonales, sobre todo con seres tan cercanos a 
nosotros como los hijos son distracciones muy fuertes de la verdad. Se 
requiere una madurez espiritual para reconocer que ellos son tan 
ilusorios como el mundo que nos rodea. Por lo general es mas fácil 
desapegarse de una casa que de un hijo.
No obstante, este mundo, 
desde lo mas cercano a nosotros (cuerpo físico) hasta lo mas lejano 
(galaxias, estrellas, sistemas solares, etc.) son parte de las imágenes 
que compones este mundo y hacen que nuestra experiencia aquí aparente 
ser real. Y como estamos tan identificados con esta experiencia, no 
podemos salir de ella sin la ayuda de un Nuevo Maestro (Espíritu Santo) 
para que nos ayude a discernir entre lo que es real y lo que no lo es.
Por algo se nos recuerda: “Una
 vez que alguien queda atrapado en el mundo de la percepción, queda 
atrapado en un sueño. No puede escapar sin ayuda, porque todo lo que sus
 sentidos le muestran de la fe de la realidad del sueño.” (Prefacio UCDM)
Llendo ahora a tu pregunta,”…hay algo que pueda hacer?” 
 Lo único que puedes tu hacer es compartir con cualquier persona, 
independientemente de las decisiones que esa persona tome, es tu paz. Si
 tu no estás en paz no puedes servir de ayuda a nadie pues haz caído en 
tu propia trampa. 
Ahora, si ella tiene 32 años, ¿no crees que es
 tiempo de que ella tome sus propias decisiones? Ella tendrá que 
aprender sus lecciones de perdón, y si tu de verdad quieres “ayudarla” 
demuéstrale con tu ejemplo que solo la paz de Dios es real.
¿Pero
 como puedes tu ser ese ejemplo si tu eres la que estás enganchada en el
 drama? Por eso necesitas la ayuda del Espíritu Santo. Y eso lo 
decidirás tu si quieres Su ayuda o si quieres seguir poniendo tu enfoque
 en el drama de tu hija. 
¿Estás haciendo los 
ejercicios del curso y aplicándolos de corazón? ¿Estás a diario 
eligiendo los instantes santos, tus espacios de silencio? Si no estás 
haciendo nada de eso, esta respuesta no va a servirte de nada, y 
seguirás buscando contestaciones en el mundo donde no las vas a 
encontrar. Por eso yo no puedo contestar tu pregunta, pero si puedo 
recordarte hacia donde dirigir tu atención, hacia en interior.
